Quebec City con niños

Old Quebec en Quebec City es una de las ciudades más lindas que he visitado. Fuimos por primera vez hace algunos años cuando Elisa estaba chica y tenía muchas ganas de volver. Está relativamente cerca pero se siente muy distinto ya que ahí hablan francés, usan otra moneda, y tiene una arquitectura increíble que hace que uno se sienta en medio de Europa.

En este viaje quería estar en el centro de la cuidad antigua ya que la vez anterior perdimos mucho tiempo en transportarnos del hotel a los lugares lindos. Quebec City es grande pero todo el encanto está en Old Quebec y ahí fue donde nos quedamos, a sólo unos minutos del Château Frontenac (el hotel más fotografiado del mundo)

Nuestra pieza tenía una entrada independiente y nos hizo sentir como si viviéramos en la cuidad.

Partimos el día buscando el Tour que íbamos a tomar pero nos perdimos en el parque Plaines d’Abraham y se nos hizo tarde. Cómo ya estábamos ahí decidimos caminar y explorar el parque. Consideramos ir al museo pero el clima estaba demasiado lindo como para encerrarse y decidimos explorar la cuidad.

Los  niños en la Fontaine de Tourny. Esta fuente fue un regalo de Peter Simons (dueño de una multitienda) a la cuidad de Quebec en su aniversario 400. La encontró en Francia y decidió comprarla y dársela a la gente de Quebec en agradecimiento por apoyar su tienda. El costo de comprarla, moverla de Francia a Canadá y restaurarla fue de 4 millones de dólares, y la cuidad de Quebec pagó 2 millones extras para preparar el lugar donde iba a ir la fuente, instalarla e iluminarla.

A Liam le encantaron los carruajes y cañones que encontramos por todos lados.

Caminamos toda la mañana por la muralla que rodea la cuidad y a medio día llegamos al Mercado del Puerto. Ahí vendían frutas, verduras, pan, queso, pastas, vino, sandwiches, postres y muchas cosas de Maple Syrup!. Compramos algunas cosas y nos quedamos a almorzar ahí.

Después de almorzar y considerando que habíamos caminado a la parte baja del pueblo (old Quebec tiene un upper town y un lower town, conectados por escaleras y funicular) fuimos a Notre-Dame des Victoires, una de las iglesias más antiguas de Norte América. Esa iglesia está en uno de los lugares más pintorescos, con casitas de piedra con techos de colores y flores en las ventanas.

En Quebec hay arte por todos lados y esto se debe principalmente a un programa llamado “politique d’intégration des arts à l’architecture”, también llamado “Porcentaje para arte” y que hace que siempre el 1% del presupuesto de una nueva construcción (o proyectos de expansión de más de $150,000) deba destinarse a arte público. Otras ciudades como Toronto, Ottawa y Vancouver tienen la misma política.

Otra cosa entretenida es que se pueden encontrar personajes disfrazados, música y shows callejeros en muchos rincones de la cuidad.

Después de caminar y caminar los niños se sentaron a ver un show en el centro del upper town, justo al frente del Château Frontenac. Hay asientos permanentes y cada vez que pasábamos por ahí había un show nuevo.

En la tarde Lulu (la mamá de Will que fue con nosotros) estaba cansada y fuimos al hotel pero los niños tenían calor y energía así que les pusimos traje de baño y fuimos a un Splash Pad que teníamos a 2 cuadras. Me encanta cuando las ciudades piensan en los niños e incorporan cosas entretenidas para ellos.

En la noche fuimos a ver un show gratis del Cirque Du Soleil (que partió en Quebec!). Liam durmió casi todo el show pero Elisa estuvo despierta y cuando llegamos al hotel a las 10:30 se fue directo a dormir.

Fue un día largo y con muchas cosas pero los gordos se portaron un 7. Al día siguiente cuando nos íbamos a Montreal sufrimos las consecuencias con 2 gordos cansados en un viaje que debería haber durado 3 horas pero duró casi 5!

Aveces cuando Liam y Elisa se portan bien en los viajes les pido demasiado y después de un día increíble tenemos un día difícil. Tengo que aprender a bajar las revoluciones y darles su tiempo para descansar!

Viajar con niños es un desafío pero siento que cada aventura me enseña un poquito más a cómo hacer de nuestro próximo viaje aún mejor.