Cuando Elisa tenía 4-5 años, amaba cocinar. Siempre me pedía hacer galletas y aunque esta tradición no era muy sana, era difícil decirle que no.
Pero un día me di cuenta que más que hacer las galletas, su parte favorita era decorarlas! y para evitar el azúcar sin matar la entretención, le hice plasticina que pareciera masa de galletas.