Navidad 2017: not feeling it… yet

Pasé mis últimas 7 navidades en Nueva York donde la navidad es a otro nivel. La familia de Will se la toma muy en serio, el frío y las chimeneas dan el ambiente perfecto para ver películas navideñas, nos invitaban todos los años a una cena donde comíamos y  cantábamos villancicos, durante Diciembre nos llegaban tarjetas de navidad de amigos y familiares, y la espera ansiosa por la nieve hacía que esta celebración fuese mágica.
Como que todas mis navidades anteriores habían sido un ensayo para the real deal, la verdadera navidad!

Pasábamos la noche buena con el papá de Will, el desayuno de navidad con la mamá de Will y la cena del día de navidad sus las tías y primos. La foto es del living de la mamá de Will.

Cada año después del día de acción de gracias, íbamos a una granja de pinos dónde buscábamos entre cientos de árboles, the perfect Christmas Tree. Lo cortábamos, lo llevábamos a la casa y pasábamos un día completo decorando nuestro árbol de navidad.

Video del corte de árbol 2016. Hice este video porque sabía que unos meses más tarde nos veníamos a vivir a Chile por al menos 2 años.

El primer árbol que tuvimos (2010) lo decoramos con algunos ornamentos lindos que nos habían regalado, pero la mayoría eran ornamentos viejos que heredamos de la mamá de Will… poco a poco fuimos aprovechando las ofertas post navidad (70% off!) y después de 6 años, nuestro árbol estaba lleno de ornamentos con significado: unas tacitas de café por mi amor a esta bebida, un monito esquiando porque es el deporte favorito de Will, unas zapatillas de ballet que eligió Elisa, un ornamento de nuestro viaje a Quebec, ornamentos heredado de los abuelitos de Will, y decenas de ornamentos más que tenían significado o encontrábamos muy lindos.

Elisa decorando nuestro árbol 2015

En Estados Unidos venden ornamentos navideños en todas partes y todo el año. Los ornamentos son un lindo souvenir y cada año el día de armar el árbol de navidad es el momento perfecto para recordar y agradecer por todas las experiencias que hemos vivido en familia.

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Esta es la fecha en que deberíamos decorar y armar nuestro árbol, pero no tengo ganas de hacerlo. Propuse quizás no tener árbol de navidad este año y sólo adornar con lucecitas afuera, pero Elisa casi se puso a llorar y dijo “cómo no vamos a tener árbol de navidad!?”.

Foto de una casa en Dyker Street en Brooklyn, en el barrio hay decenas de casas gigantes y muy decoradas. Si están en NY en Diciembre vale la pena ir a este vecindario a ver el espectáculo. 

Por eso, tengo que hacer algo para recuperar mi espíritu navideño que está todo derretido en el suelo. Mi plan de acción incluye pedirle a mi suegro que me traiga al menos algunos ornamentos de NY (viene a visitarnos una semana antes de navidad), buscar un pino natural, y lo más importante: un  proyecto que voy a llamar 12 días de navidad.

En los 12 días de navidad vamos a hacer 12 actos de bondad. Algunos simples como pagar el peaje para los 5 autos que pasen después que nosotros y otros un poquito más grandes como ir a correos de Chile a apadrinar algunas cartas (http://navidad.correos.cl/) o donar un animal por medio del programa de donación de World Vision (https://donate.worldvision.org/giftcatalog). Los 12 actos no los hemos definido aún porque quiero que sea una lista hecha por toda mi familia, pero solo al pensar en este proyecto me emociono y creo que eso es una  buena señal.

Quizás esta es una buena oportunidad para vivir otro tipo de espíritu navideño, un espíritu de servicio. Quizás un árbol falso y ornamentos de plástico hagan a los niños felices, quizás puedo poner el aire acondicionado de la casa al máximo y ver una película de navideña con chocolate caliente, quizás tengo que dejar de pensar en la navidad que fue para concentrarme en la navidad que va a ser este año.

Ojalá el proyecto de 12 días de navidad ayude. Creo que lo va a hacer.

Si tú estás leyendo este post, te invito también a crear una lista, aunque sea cortita, de actos de bondad para realizar esta navidad. Creo que si todos somos un poquito más amables, un poquito más generosos, un poquito más preocupados de los demás, entonces vamos a poder sentir el espíritu navideño de verdad, ese en el que los ornamentos y decoraciones no importan, ese espíritu navideño que se siente con el corazón y no con los ojos.