Nuestro pueblo tiene un jardín orgánico en el que por sólo 20 dólares al año se puede arrendar un lote para sembrar vegetales, frutas y hierbas. Hace mucho tiempo que quería tener uno pero sabía que era mucho trabajo y siempre me arrepentía de arrendar uno a última hora.
Este año le pregunté a algunas amigas si estaban interesadas en compartir un lote y ellas dijeron que si. De 5 sólo 2 tienen experiencia en huertos pero todas queríamos aprender más y hacer esto juntas. También queríamos que los niños vieran cómo una semilla se transforma en comida y que ayudaran a plantar, regar y cosechar.
Yo llené los papeles, otra de mis amigas compró las semillas y otra se encargó de la tierra. Aprendimos sobre qué plantas deben ir juntas, qué PH debe tener la tierra para sembrar y cada cuanto debíamos regar el lote.
En marzo trabajamos la tierra y sembramos (el huerto se veía así). Nos dividimos los días de regar y sacar maleza y cruzamos los dedos para que las semillas crecieran.
Este es nuestro lote casi 2 meses y medio más tarde. Estoy demasiado feliz con el resultado! Las zanahorias, arvejas y tomates están creciendo súper bien, además pudimos cosechar frutillas y lechuga.
<<arvejas>>
<<tomate>>
<<Elisa y Liam ayudaron a cosechar y regaron el lote>>
Los niños se comieron todas las frutillas ahí mismo en el huerto pero llevamos lechuga a la casa e hicimos ensalada al día siguiente. Es demasiado gratificante comer algo que uno mismo sembró y me sorprendió mucho lo rápido que crecen las lechugas y arvejas!
Quizás esta experiencia nos de el impulso y conocimiento necesario para cada una tener nuestro propio huerto en el futuro, pero por ahora estoy demasiado feliz de tener un grupo de amigas que se animaron y unieron a este proyecto que hace tanto tiempo quería hacer.