Una de las cosas que más me llamó la atención cuando estábamos buscando casa en Santiago era el desorden de las cocinas. Todas estaban llenas de cosas en todas las superficies y se veía súper mal y desordenado. No importaba el porte de la cocina, casi sin excepción habían cajas, fuentes y comida por todas partes.
Cuando organizamos la cocina, Will quería dejar el tostador, hervidor especias, y algunos utencilios para cocinar afuera pero mi meta es que todo tuviese su lugar en los cajones y estantes que tenemos.
Pero a los días me di cuenta que es imposible dejar todo en cajones y estantes. Además es verdad que hay cosas que es mucho más práctico tener afuera.
Al final los dos cedimos un poco y decidimos tener un lado de la cocina con cosas útiles y el otro lado de la cocina limpio, que sirva para cuando cocinamos o “bajemos” las cosas que necesitamos para hacer café, la tostadora y el hervidor.
Este espacio no se ve siempre así pero mi meta es que se mantenga lo más limpio posible. Sólo quiero mantener ahí un bowl con fruta que sirve un poco como adorno, pero nada más. Este espacio se llena de cosas al hacer el desayuno pero después todo vuelve a su lugar (casi todos los días).
Y para los que me han preguntado por Instagram. Este es el espacio donde casi todos ponen el microondas pero nosotros no usamos uno.
Los frascos de plástico se pueden encontrar en Paris o Homy, los frascos de vidrio los compré en CasaIdeas. Los frutos secos y semillas los compramos en La Vega.
Esta es otra forma de decorar con comida y de acceder a cosas de uso diario de forma fácil. Tener frutas y frutos secos a la vista nos ha ayudado a que ese sea el principal snack de los niños. Cuando van a la cocina porque les da hambre pueden ver de inmediato algunas opciones saludables. Les prometo que resulta!