En general nos demoramos al menos un par de horas en comprar pese a que casi siempre compramos lo mismo, y esto es porque pasamos mucho tiempo hablando con los vendedores y con otras familias con niños de la edad de Elisa o bebés. Increíble cómo Elisa se pone a jugar con otros niños y finalmente los papás teminamos conociendonos y hablando.
Creo que es un tipo especial de personas el que se preocupa de ir a los farmers market y nos hemos dado cuenta que en general son familias super sanas y felices que no se preocupan por pagar un poco más por productos de calidad y fair trade. En Chile íbamos a las ferias orgánicas de Vitacura y La Reina que son parecidas a los Farmers Market de acá.
Además de los descuentos y amigos en el camino, en el Farmers Market siempre hacen cosas interesantes como regalar choclo con mantequilla, tener música en vivo o “tastings”. Hoy había un Tomato Tasting, y pudimos probar distintos tipos de tomates.
Había visto los tomates verdes, morados y amarillos pero en mi mente un buen tomate es rojo y nunca se me pasó por la cabeza comprar algo distinto, pero SON RIQUISIMOS! y a Elisa le encantaron también.
Mis papás se fueron hace más de una semana y por días pensé en lo mucho que Elisa se perdía por no tenerlos cerca. Días como hoy donde aprovechamos las ventajas que tiene este país y vivimos experiencias y sabores nuevos, son los que me ayudan a concentrarme en lo positivo de vivir acá.
El hecho de que voy en Noviembre a Chile y que mis papás vuelvan con toda mi familia en Diciembre también ayuda. Tenerlos cerca no es un sueño… es una meta.
Anita